sábado, 16 de agosto de 2014

Divina Comedia Análisis canto "10-20"

CANTO DÉCIMO:
Apenas terminadas las palabras del poeta se eleva un improvisa voz que pregunta: "¡Oh Toscano, que por la ciudad del fuego transcurres vivo hablando honestamente, plúgate detenerte aquí en este sitio. Por tu forma de hablar es claro y manifiesto que en aquella noble patria habéis nacido, a la cual tal vez fui asaz molesto.
Dante se da vuelta hacia la tumba de donde provino la voz, pero sin alejarse de Virgilio, quien lo anima:
¡Vuélvete! ¿Qué haces?
Míralo a Farinata que allí erguido,
lo verás de la cintura arriba entero.
Aparece entonces este espíritu que se alza de una tumba, del cual Dante nota inmediatamente el orgullo inherente del condenado: la espalda erguida y la frente en alto como si tuviese un gran desprecio por el Infierno ("como teniendo al Infierno en gran desprecio"). El encuentro es con un gran personaje y Virgilio recomienda usar palabras "claras": el diálogo será de hecho uno de los más teatrales de la Divina Comedia.
Farinata degli Uberti fu el líder gibelino más importante de Florencia en el siglo XIII. Derrotó a losgüelfos en 1248 y, tras la muerte de Federico II y el retorno de los güelfos, fue obligado a exiliarse. Acogido en Siena por otras familias gibelinas reorganizó las fuerzas de su facción y, con el apoyo de las tropas de Manfredo de Sicilia, derrotó duramente a las fuerzas güelfos en laBatalla de Montaperti el 4 de septiembre de 1260. Entonces los líderes gibelinos se reunieron en Empoli y se decidió arrasar Florencia: fue Farinata quien bochó la iniciativa, y así volvió triunfante a la ciudad, donde murió en 1264. Solo dos años después, con la Batalla de Benevento los güelfos la retomaron definitivamente, echando a todas las familias gibelinas. Muchos volvieron gradualmente, tras cambiar de credo político, pero los Uberti sufrieron un duro golpe: condenado como hereje casi veinte años después de su muerte, sus huesos fueron exhumados de laiglesia de Santa Reparata y tiradas en el Arno, mientras que sus bienes fueron confiscados a sus descendientes. Dos de sus hijos fueron decapitados en la plaza, un primo fue asesinado a garrotazos, fueron también procesados otros tres hijos, dos sobrinos, y la viuda Adaletta: todos condenados a la hoguera. Dante estuvo presente en la exhumación, que le debe haber dejado una impresión muy fuerte.
CANTO UNDÉCIMO:
Dante y Virgilio se encaminaron del círculo de los herejes al sucesivo. Ya al final del canto X se anticipaba la percepción de un hedor. Al principio del nuevo canto los dos poetas llegan a aproximarse al abismo infernal y el olor nauseabundo es así de fuerte que se retraen inmediatamente horrorizados. Este olor puede ser considerado el del círculo sucesivo, donde el río Flegetonte hierve de sangre. O también, en sentido más general, es el olor del bajo infierno, donde son castigados los peores pecados. En general, ya que Dante habla del profundo abismo, se retiene la segunda hipótesis como la válida.Es decir "encierro al Papa Anastasio, corrompido por Fotino de Sirmio". Hasta aquí, la presencia del papa hereje está confiada a una simple encuadradura.
En su condena Dante sigue el "Liber Pontificalis", el cual reporta una flaca biografía del papa enfatizando que el papa quiso estar de acuerdo con los herejes monofisistas (en particular con el diácono Fotino) sin el consejo de los obispos y de los otros religiosos de la curia, quedando así aislado. Dios entonces lo castigó, haciéndole evacuar los intestinos. Poco importa comentar que la figura de este papa se revaluó y el pasaje del Liber Pontificalis declarado espurio: es interesante notar aquí que en el medioevo la tradición del liber era fuerte, bien conocida y no era puesta en discusión.
Virgilio dice entonces a Dante que es mejor esperar un poco de modo que la nariz se acostumbre al olor.
CANTO DUODÉCIMO:
Dante y Virgilio se habían detenido un instante antes de entrar en la fosa del bajo Infierno, el tiempo justo para acostumbrarse al hedor y explicar la estructura del Infierno. Al inicio de este canto ellos retoman el camino y se asoman sobre una grieta, que a Dante recuerda una análoga "ruina" "cuyo flanco de acá de Trento azotó el Adigio, o por terremoto o de base falta". El poeta hace notar que se puede bajar a través de él.
Anticipado por unos versos anteriores ("venimos, montañoso, y por quien allí estaba, era tal, que toda mirada le sería esquiva". v. 3-4), el poeta ahora describe la "infamia de laIsla de Creta" que está sobre la punta del precipicio y que fue concebida de una falsa vaca. Se trata del legendario Minotauro, del cual Dante toma algunos rasgos de la mitología clásica, en particular del Ars amatoria de OvidioPasifae, esposa de Minos, por una maldición de Poseidón se había enamorado de un toro y para ser poseída se hizo construir una yegua de madera en la cual se escondió concibiendo al monstruo Minotauro. Encerrado en el famoso laberinto, fue asesinado por Teseo (Dante lo llama "Duca de Atenas" en cuanto hijo del rey ateniense), con la ayuda de Ariadna.Aquí el monstruo es descripto como molido por su propia ira, que lo lleva a morderse así como hacian los iracundos en el Estige. Virgilio le habla en tono burlón: "¿Por ventura crees que está aquí el duque de Atenas, que allá en el mundo te dio muerte? Apártate, bestia, que este no viene amaestrado por tu hermana, sino por ver las penas vuestras." (v. 16-21). La bestia se enoja todavía más, pero como los toros que saltan después de haber recibido un golpe mortal, él no puede sino correr de un lado a otro sin ningún sentido, mientras Virgilio sugiere de irse.
Por la flaca descripción dantesca y por la indeterminación de su fuente (Ovidio) se piensa que Dante lo imaginase al contrario de la figura que conocemos, es decir con un cuerpo bovino con una cabeza (o un busto) humano.
El episodio de la bestialidad irracional del Minotauro es totalmente contraria al sucesivo encuentro con los Centauros.
CANTO DECIMOTERCERO.
Dante da mayor precisión a la descripción con una similitud: las casas entre Cecina y Corneto (es decir Maremma) de aquellas bestias que odian los terrenos cultivados no son en comparación así de espesas y con vegetación tan áspera. Aquí, dice el poeta, las Harpías (las "tétricas" Harpías, que echaron con funestos presagios a los troyanos de Estrofadas, en un episodio del III libro de la Eneida) hacen sus nidos: ellas, describe el poeta, tienen cuerpo de pájaro y cabeza humana, y emiten extraños lamentos. La descripción de las Harpías es más bien estática y ellas no cumplen ninguna acción directa en el canto: Dante las escucha y las ve, pero habla como si las estuviese describiendo sin verlas.
Virgilio, antes de entrar en el bosque, recuerda a Dante que están en el segundo giro del VII círculo, aquel de los violentos contra sí mismos, al cual seguirá el de los violentos contra Dios y contra la naturaleza. Además, el guía dice a Dante de ver bien, que verá cosas que no creeria si le fuesen contadas.
De hecho, Dante nota como se escuchan lamentos sin ver a nadie, lo que le hace pensar que son almas escondidas entre el bosque. Virgilio le lee el pensamiento y lo invita a truncar una rama de una planta para que su idea sea refutada ("la idea que tienes verás que es errada", v. 30). Inicia en el verso 25 el estilo enrevesado de figuras retóricas típico de este canto, inspirado en el estilo oficial de las cartas de los funcionarios de Estado como Pier della Vigna que se encontrará dentro de poco.
Este bosque es monstruosamente intricado y el poeta se detiene a describir los detalles más angustiosos para que el lector no imagine el lugar como un bosque agradable: nada de hojas, frutas y flores, y en lugar del canto de los pájaros se sienten solo los gritos de las harpías y los lamentos. No tenemos que imaginar majestuosos árboles de alto tallo, sino árboles secos, nudosos, como hay en Maremma, tan altos que pueden colgar humanos (como será dicho en los versos 106-108).
Es la selva de los violentos contra sí mismos, suicidas y derrochadores, como preanunciado en el esquema del Infierno en el canto XI. Para Dante la violencia contra uno mismo es más grave de la violencia contra el prójimo, confirmando a pleno la visión teológica de San Tomás de Aquino: el mandamiento de "amar al prójimo como a ti mismo" postula primero un amor hacia nuestra persona en cuanto reflejo de la gracia y de la grandeza divina.
CANTO DÉCIMO CUARTO:
El canto inicia uniéndose al final del canto XIII: Dante, lastimado por las palabras del ciudadano anónimo suicida transformado en arbusto y golpeado por la lucha entre un derrochador y los perros infernales ya que "condolido por el amor de mi lugar natal", junta las ramas rotas, como fue pedido en el canto precedente, y las mete en la base de la muda planta.
Dante y Virgilio llegan al límite entre los dos círculos donde ven la tremenda mano de la justicia que castiga sin excepción a los nuevos condenados. Aquí hay una llanura sin vegetación, a la cual la selva de los suicidas hace de "guirnalda", como a ella hace la zanja del Flegetonte (Dante quiere hacer recordar el río de sangre hirviente pasado hace dos giros, porque pronto deberá hablar de nuevo de él). Aquí los poetas se detienen sobre la orilla de la playa, parecida a aquella que pisóCatón de Útica (episodio narrado por Lucano en la Farsalia) y, después de una invocación a Dios, el poeta pasa a describir a las almas castigadas. Ellas están desnudas (todos los condenados están desnudos, pero a veces Dante lo recuerda solo para enfatizar sus miserias) y son muy numerosas. Todas lloran pero no todas siguen una misma ley. Algunas yacen a tierra, las más atormentadas, otras están sentadas, otras, más numerosas, corren sin parar. Todo está coronado por una continua lluvia de fuego, espesa como la nieve que cae sobre los Alpes cuando no hay viento: una imagen tomada de laBiblia (Génesis XIX 24 y Libro de Ezequiel XXXVIII 22). No existe un contrapaso preciso: se puede solo decir que como la lluvia ardiente destruyó Sodoma, así castiga a los condenados. Además, un hecho así innatural como la lluvia de fuego en lugar de agua está en consonancia con aquellos que fueron contra las leyes naturales.
Dante no explica quienes son estos condenados, pero lo hará gradualmente en los próximos tres cantos: los que yacen en el piso son los violentos contra Dios (blasfemadores), los que corren son los violentos contra la naturaleza (sodomitas) y los sentados son los violentos contra la naturaleza y el arte (los usureros). En la presentación de los condenados en los sucesivos cantos Dante no seguirá el órden del menor pecado al más grave, sino que iniciará con los blasfemadores y terminará con los usureros.
DÉCIMO QUINTO:
Dante y Virgilio están caminando por uno de los diques de piedras del río Flegetonte, única zona del giro que no fue castigada por las llamas del tercer giro del círculo VII, aquel de los violentos contra Dios y naturaleza. Los vapores que el río libera apagan las llamas. Para describir los diques Dante los compara con aquellos de los flamingos entreWissant y Brujas, y a aquellos que los paduanos tienen para defender sus ciudades y castillos de las crecidas del Brenta cuando desde Carinzia se derriten las nieves por el calor. El poeta enfatiza que los diques infernales no son grandes.
Después de haber visto un blasfemador en el canto precedente (Capaneo), éste y el próximo son cantos dedicados a los sodomitas, es decir a aquellos que tuvieron actitudes contra la naturaleza. Ellos corren desnudos sin parar sobre la "playa" ardiente y son los pecadores más numerosos del giro (Inf. XIV, v.25). Ellos también son los menos malvados porque Dante dice que el contacto entre el suelo ardiente es la condición más dolorosa porque corresponde a culpas más graves (de los blasfemadores y de los usureros, respectivamente echados al suelo y sentados). La sodomía estaba difundida proverbialmente en Florencia (basta pensar que en alemán el término que indica sodomitas es Florenzen y el verbo zu florenzen significa "sodomizar") y en este giro Dante encontrará dos veces conciudadanos con los cuales hablará. En todo caso el "pecado" es considerado en la más amplia de las concesiones: no solamente relaciones homosexuales, sino también heterosexuales, y no había distinción entre quien tomaba parte activamente o pasivamente (en este caso también una mujer, si así lo había querido, podía ser acusada de sodomía).
Igualmente durante los tres cantos dedicados a este giro no hace nunca mención del pecado de sodomía: para saber de qué son condenados estos pecadores se debe retornar al canto XI donde, durante la explicación general del Infierno, se habla en el verso 50 de "Soddoma"
En tanto Dante y Virgilio se han encaminado dejando atrás la selva de los suicidas (Dante dice que aunque hubiese girado no habría podido discernir nada, por el aire tenebroso del infierno y por el denso "humo"). Las almas que van en grupo ven a los dos poetas, altos sobre el dique, como se ve la luna nueva, es decir endureciendo los ojos por la poca luz, como también - segunda similitud - hace el viejo sastre para enfilar la punta de la aguja. Una interpretación más respetuosa del texto parte de la observación que al tiempo de Dante, cuando no existía la iluminación pública, en las calles de la ciudad se veía solo en las noches de luna luminosa. Cuando en cambio se estaba en fase de novilunio ("bajo nueva luna", v. 19), con la luna que no se distinguía o aparecía como una tenue hoz en el horizonte, para ver era necesario afilar la vista apretando los párpados, como hacía el viejo sastre para hacer pasar el hilo en el ojo de la aguja.

CANTO DÉCIMO SEXTO:
Los tres condenados retoman su "anterior verso" (el llanto o el andar) cuando ven que los dos se detuvieron y cuando están cerca comienzan a girar en círculos, uno detrás del otro porque, como ya explicó Brunetto Latini en el anterior canto, los sodomitas están castigados con una carrera eterna y si ellos se detuvieran por cien años serian dolorosamente clavados al suelo como los blasfemadores (quizás porque detenerse mientras se están pagando los propios pecados es considerado como soberbia contra Dios, justamente como las blasfemias). Dante hace una similitud un poco oscura: como los campeones desnudos y untados, estudiando una presa que sea ventajosa para ellos antes del combate, así hacían los tres girando el cuello en el sentido contrario de los pies: quizás todo aquello para decir que ellos lo fizaban como aquellos "campeones" que en el Medioevo combatían a sueldo para solucionar contiendas legales (más difícil sería que Dante hubiese tenido una reminiscencia de los gladiadores del mundo antiguo).

Pero antes el alma ofrece tres lapidarias presentaciones de si y de sus compañeros: el hombre, desollado por las llamas y desnudo que lo precede, fue una persona más importante que la que parece ahora, nieto de la buena Gualdrada(personaje citado como ejemplo de virtud en Pd. XV, 112), y famoso conductor de nombre Guido Guerra, sostenedor del partido güelfo, derrotado en la Batalla de Montaperti, promovió la venganza güelfa en la Batalla de Benevento. El que lo sigue es Tegghiaio Aldobrandi, que debería haber sido escuchado en su mundo (él de hecho había desaconsejado a los florentinos de combatir en Montaperti). Y él esIacopo Rusticucci, que fue más dañado por la extravagante esposa que por otro (sobre este epigráfico verso se encapricharon los comentadores contando como de frente a la consorte que se le negaba él entonces se dedicó a las relaciones homosexuales).Uno de los tres inicia a hablar, primero diciendo que a pesar del aspecto miserable que tienen ellos fueron hombres de mucha fama en vida. Y esperan que su fama pliegue su alma (la de Dante) y les diga quien es.
DÉCIMO SÉPTIMO:
He aquí Gerión (símbolo del fraude o engaño, se dice explícitamente en el v. 7) que plaga el mundo, cruza las montañas y supera los muros defensivos y las armas de los hombres con su aguzada cola.
El aspecto de este monstruo, bien distinto del Gerión de la tradición clásica, es explicado en los tercetos sucesivos:
  • "Su rostro era el de un varón justo, tan benigna era por fuera la piel"; significa que el engaño se manifiesta con aspecto normal e inofensivo;
  • El cuerpo es de serpiente;
  • Tiene dos patas como de las del león cubiertas de fino pelo en las axilas;
  • La espalda, el pecho y los costados están caracterizados con coloreadas escamas que crean ruedas y nudos como nunca se vieron en telas orientales, ni Aracne pudo nunca tejer; estos colores llameantes simbolizan la atracción que el engaño ejercita sobre el engañado;
  • Tiene una cola de escorpión, que tiembla en el aire amenazando con su punta envenenada; evidente símbolo de la traición a espaldas.
Además esta bestia está poco lejos de los poetas, mitad sobre la orilla y mitas sobre el río, como los "barcos" de los alemanes o como el castor cuando está posicionado antes de cazar los peces. En la animalistica medieval a los castores se les daba la calidad de atraer a los peces mediante la secreción de sustancias aceitosas que los atraían para después capturarlos de improviso, por eso su cita está probablemente ligada también al concepto de engaño.
Dante está impresionado sobre todo por la peligrosa cola, y en el canto la cita cinco veces: en los versos 1, 9, 25-27, 84 y 103-104.
DECIMO OCTAVO:
Los condenados están desnudos (condición que Dante repite solo cuando quiere enfatizar sus miserias) y están en el fondo de la "bolgia". Se mueven en dos filas, una que corre hacia Dante a través del perímetro externo y una que gira dando la espalda a Dante por la pared interna y con ritmo más sostenido, recordando al poeta los peregrinos que en la Navidad del 1299 por el Jubileodel 1300 (el mismo año del viaje ultraterreno imaginado) viajaban en dos filas sobre el Puente Sant'Angelo para alcanzar o irse de la Basílica de San Pedro, de un lado yendo hacia el Castel Sant'Angelo, y del otro hacia "el monte", es decir la ciudad (no está claro qué monte o colina Dante entendiese; probablemente se trata de aquel monte formado por antiguas ruinas llamado después Monte Giordano, sobre el cual hoy está el Palazzo Taverna y donde la topomástica rescata los nombres de Via de Monte Giordano y Vicolo del Montaccio). Este pasaje para algunos indica la participación de Dante al Jubileo, pero no está unánimamente aceptado por la escasez de noticias.
Sobre las rocas alrededor de la fosa Dante ve unos diablos con cuernos que con largos látigos golpean a los condenados sobre la espalda y las nalgas, con una pena que es más humillante que dolorosa y que hace referencia a las penas que se infligian en el medioevo sobre algunos condenados. Quizás Dante la tomó de la tradición de algún estatuto comunal que conocía. También la visión de los diablos: estáticos y no amenazantes, es típicamente medioeval y recuerda las figuras que se podían ver en los frescos de las basilicas. Dante enfatiza que los latigazos hacían escapar a los condenados y que ninguno se quedaba quieto a esperar el segundo o tercer latigazo.
CANTO DECIMO NOVENO:
El sonar de la trompa hace referencia a los pregoneros medioevales, que así llamaban la atención, como también al Apocalipsis de San Juan, donde los ángeles sonaban la trompa para anuncia el Juicio Final.
Solo después Dante inicia a hablar diciendo donde se encuentra: ya en la bolgia sucesiva, subidos en la parte del puente que está sobre el pozo ("Estábamos ya en la siguiente tumba, subidos en aquella parte del puente que sobre el centro del foso cae aplomo", vv. 7-9). Entonces el poeta, después de una invocación a la sabiduría divina que con justicia administra sea el mundo de los vivos que los castigos del Infierno, inicia a trazar el aspecto de la nueva fosa: llena de agujeros (le recuerdan aquellos del Baptisterio de San Juan en Florencia, donde se bautiza) del cual salen las piernas de los pecadores hasta los muslos, con las plantas de los pies llena de llamas que parecen aquellas que golpean la superficies de las cosas aceitosas. Por el suplicio estos condenados patean furiosamente.
CANTO VIGÉSIMO:
Dante inicia diciendo que debe darle forma a los versos para estas nuevas penas de los condenados que son la materia del canto XX del primer libro: sabemos así que el mismo Dante usaba estos términos "musicales" para indicar respectivamente los capitulos y los libros de su "Comedia". "Canto" se mantuvo también en los comentadores (es también usado por los traductores anglosajones, por ejemplo), mientras la "canción" hoy se indica generalmente como "cánticas".
Dante y Virgilio están recorriendo la Malebolge, es decir los 10 fosos, parecidos a aquellos medioevales, en los cuales son castigados las varias categorias de fraudulentos, es decir aquellos que traicionaron al prójimo que habría sido llevado a no fiarse (a diferencia de los verdaderos traidores que engañaron a quien se fiaba de ellos por parentela, amistad u otras relaciones sociales).
El poeta peregrino se acerca entonces a la nueva bolgia desde el puente que está atravesando, y la ve llena de lamentos. Nota la gente que silenciosa y llorando va al paso de las procesiones.
Solo después de haber visto mejor se da cuenta que cada uno tiene el cuello y la cara girados por la parte de los riñones. Ellos deben entonces caminar hacia atrás porque no pueden ver hacia adelante: Dante dice que quizás algunos casos deparálisis pueden provocar tales daños, pero él nunca asistió a casos parecidos. Dirigiéndose directamente al lector, nos dice como un tal visión de nuestro cuerpo humano tan monstruosa fuese tal de no permitirle tener los ojos secos, así lloraba por piedad hacia estos seres condenados, el cual llanto goteaba hacia abajo entre la fisura de las nalgas: imagen grotesca y humillante.
* Quienes estan en recinto 1?
*Quienes se encuentran en la segunda zona del tercer recinto del séptimo circulo? 

sábado, 2 de agosto de 2014

DIVINA COMEDIA (canto 6 - 10)

CANTO SEXTO:
El canto inicia con Dante que se levanta después del desmayo luego de haber hablado con Paolo y Francesca. Y mientras sigue triste y siente piedad por ellos ve nuevos condenados y nuevas penas.
El tercer círculo donde él se encuentra es el de "eterna, maldita, fría y grave" lluvia que cae siempre con la misma intensidad. Está compuesta con grueso granizo de agua negra y nieve y se derrama en el aire tenebrosa: la tierra al recibir esta lluvia se vuelve fangosa.
Aquí se encuentra Cerbero fiera cruel y aviesa, que ladra con las tres cabezas sobre la gente sumergida en el fango.
También Cerbero es un personaje del Averno de Virgilio  y la descripción de Dante se basa en la de su maestro. Pero aquí la bestia es más monstruosa, ya que es una descripción entre humana y bestial y por el hecho de que Cerbero traga el fango tirado por Virgilio, no una focaccia embebida de somnifero como sucedía en el viaje de Eneas. Viene descrito con los ojos rojos, la barba grasienta y negra, la panza inflada y las manos con uñas (no "piernas y garras") con las cuales araña los condenados y los lastima. Además con sus gritos los hace enloquecer de tal forma que quisieran ser sordos (vv 32-33). En la mitología Cerbero es símbolo de codicia (por eso lo encontramos en este canto) y también de discordia, por las luchas entre las tres cabezas: no es casualidad que en el canto se hable de las discordias florentinas.
Cuando Cerbero ve a Dante y Virgilio abre la boca y muestra sus colmillos, sin tener calmo ningún músculo. Entonces Virgilio relaja las manos y tira en sus rugientes fauces dos puños de tierra, que la bestia se apresura a comer, como aquellos perros que deseosos de la comida ladran y después se callan apenas la obtienen.
CANTO SÉPTIMO:
Una vez que bajaron en la cuarta fosa ("lacca", término raro del latín vulgar lacus que está por fosa, cisterna) Dante casi se sorprende de lo que ve y exclama: "¡Ay justicia de Dios! ¿Nuevos trabajos y penas tanto amontonas, cuantas yo vi?" Parafraseando con mucha aproximación a las palabras actuales sería quizás así: "Nadie tendría más fantasía que la justicia divina en el elegir y asignar las penas". A esta frase un poco "frívola" Dante agrega de inmediato una nota de reprobación: "¿Y porqué nuestra culpa nos destruye así?" Sigue una similitud que introduce la pena de los condenados: como las olas que delante aCaribdis (en el Estrecho de Mesina) chocan con esas que provienen de un mar opuesto (porque se encuentran el Mar Tirreno y elMar Jónico) así aquí la gente parecía tomada por un baile.
Después de haber notado la enorme cantidad de personas, Dante inicia a describir la pena: empujar pesos con el pecho a través de la circunferencia del círculo, pero no en ronda. Un grupo ocupa un semicírculo y otro ocupa el otro semicírculo de modo que se chocan en dos puntos diametralmente opuestos. En ese punto ellos se injurian diciéndose recíprocamente "¿Porqué acaparas? ¿Porqué derrochas?", después se voltean y rehacen el semicírculo en la dirección opuesta.
Dante no pregunta de qué pecadores se trata, quizás lo intuyó por el grito, pero dirigiéndose a Virgilio le pregunta si todas las personas con la tonsura que ve a la izquierda son clérigos. Virgilio confirma que se trata de religiosos: papas y cardenales manchados por la culpa de la avaricia. Los de la formación a derecha son aquellos que gastaron sin mesura.
Tradicionalmente se indica a estos pecadores como los avaros y los pródigos. Por primera vez vienen castigados en el Infierno dos pecados análogos pero opuestos en el mismo círculo, unidos a la incontinencia de quien se equivocó "en la abundancia" y en la "escasez". Hasta ahora Dante no había encontrado casos de pecados castigados "en defecto": la ausencia de lujuria es de hechocastidad, comportamiento que en la doctrina cristiana está asimilado a la santidad y a la disciplina religiosa, mientras que en el medioevo no existía un contrario de la gula. De hecho según Vittorio Sermonti si Dante hubiese vivido en nuestros tiempos probablemente también hubiese castigado a los sostenedores de una dieta demasiado rígida que lleva a desordenes alimentarios.
CANTO OCTAVO:
Mientras los dos poetas se están acercando a la torre Dante nota señales luminosos desde la cumbre, a la cual responden señales análogas, apenas visibles desde una torre idéntica y más lejana. Preguntándole el significado a Virgilio, Dante recibe en respuesta que pronto lo verá él mismo en el humo del pantano del Estige.
De hecho, más rápido que cualquier flecha, arriba una barca  con un solo remero ("galeoto"), que se presenta gritando a los dos peregrinos: "¡Has llegado al fin alma perversa!", al cual Virgilio responde :"¡Flegias, Flegias, mi señor le dijo, esta vez gritas en vano! Más no nos tendrás sino es pasando el lodo."
Flegias es un personaje mitológico mutado de la Eneida y la Tebaidade Estacio, símbolo de la ira violenta y del fuego. De hecho, según el mito, éste incendió el templo de Apolo en Delfos para vengarse del dios que había seducido a su hija Corónide. Flegias puede también ser visto como símbolo de irreverencia hacia la divinidad. Su semblante no viene descrito y también su rol no es explicado. Si parece imposible que sea el barquero para los pecadores de los círculos inferiores, siendo las almas enviadas después del juicio de Minos, quizás podría ser aquel que toma a los iracundos y los tira al centro del pantano. En todo caso, Dante se preocupa en citar su sobreexcitación, dado por los gritos en la partida y en la llegada de la barca.
Dante no deja de enfatizar que la barca es muy pesada debido a su cuerpo de hombre vivo, mientras que Flegias y Virgilio por si solos no la hacen hundir en el agua.
CANTO NOVENO:
Virgilio continua diciendo como sea normal encontrar resistencia en los muros de Dite, pero Dante ya dejó de escucharlo porque es atraido por un visión inquietante. Cambiando de escena, ahora el poeta nos hace ver en otra dirección: la torre ardiente que él ya había notado al aproximarse a los muros, sobre la cual se alzan tres furias infernales. Ellas son las Erinias, "tintas de sangre", con cuerpo y actitudes femeninas y circundadas o vestidas con serpientes verdes. Otras serpientes tienen como pelo, enlazadas a la cabeza, y vienen de inmediato reconocidas como las siervas de Perséfone, la reina de los lamentos eternos del Infierno. Virgilio las nombra: en el lado izquierdo Megera, a la derechaAlecto, que llora, y Tisífone en el medio. Como las mujeres en los funerales, ellas desesperan, se arañan el pecho y golpean las palmas de las manos.
Dante está aterrorizado y se pega a Virgilio, y cuando las Erinias se precipitan amenazantes sobre ellos dos: "Venga Medusa: a que así lo hagamos piedra, decían todas mirando abajo; que mal del asalto de Teseo nos vengamos." Una vez que dijeron eso Virgilio pide a Dante que cierre los ojos y pone sus propias manos a tapar con seguridad las pupilas del discípulo.
CANTO DÉCIMO:
Apenas terminadas las palabras del poeta se eleva un improvisa voz que pregunta: "¡Oh Toscano, que por la ciudad del fuego transcurres vivo hablando honestamente, plúgate detenerte aquí en este sitio. Por tu forma de hablar es claro y manifiesto que en aquella noble patria habéis nacido, a la cual tal vez fui asaz molesto.
Dante se da vuelta hacia la tumba de donde provino la voz, pero sin alejarse de Virgilio, quien lo anima:
¡Vuélvete! ¿Qué haces?
Míralo a Farinata que allí erguido,
lo verás de la cintura arriba entero.
Aparece entonces este espíritu que se alza de una tumba, del cual Dante nota inmediatamente el orgullo inherente del condenado: la espalda erguida y la frente en alto como si tuviese un gran desprecio por el Infierno ("como teniendo al Infierno en gran desprecio"). El encuentro es con un gran personaje y Virgilio recomienda usar palabras "claras": el diálogo será de hecho uno de los más teatrales de la Divina Comedia.
Farinata degli Uberti fu el líder gibelino más importante de Florencia en el siglo XIII. Derrotó a losgüelfos en 1248 y, tras la muerte de Federico II y el retorno de los güelfos, fue obligado a exiliarse. Acogido en Siena por otras familias gibelinas reorganizó las fuerzas de su facción y, con el apoyo de las tropas de Manfredo de Sicilia, derrotó duramente a las fuerzas güelfos en laBatalla de Montaperti el 4 de septiembre de 1260. Entonces los líderes gibelinos se reunieron en Empoli y se decidió arrasar Florencia: fue Farinata quien bochó la iniciativa, y así volvió triunfante a la ciudad, donde murió en 1264. Solo dos años después, con la Batalla de Benevento los güelfos la retomaron definitivamente, echando a todas las familias gibelinas. Muchos volvieron gradualmente, tras cambiar de credo político, pero los Uberti sufrieron un duro golpe: condenado como hereje casi veinte años después de su muerte, sus huesos fueron exhumados de laiglesia de Santa Reparata y tiradas en el Arno, mientras que sus bienes fueron confiscados a sus descendientes. Dos de sus hijos fueron decapitados en la plaza, un primo fue asesinado a garrotazos, fueron también procesados otros tres hijos, dos sobrinos, y la viuda Adaletta: todos condenados a la hoguera. Dante estuvo presente en la exhumación, que le debe haber dejado una impresión muy fuerte.

*Cuales son las tres inclinaciones que el cielo reprueva?
*Como se llaman las feroces Erinnias?